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La emprendedora Madame Tussaud
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La emprendedora Madame Tussaud

Una historia de cera que te puede dejar de piedra...

Hola, soy Alex Sánchez Sastre.

Emprender es una de las mejores escuelas a las que he podido asistir. Cada sábado paso a limpio los apuntes de la semana.


Esta semana… Plástica. El periplo de Madame Tussaud hasta que abrió su museo de cera.

Marie Tussaud es la emprendedora que da nombre al museo de cera y que hace más de 200 años abrió un mercado que sigue atrayendo la atención de millones de visitantes en todo el mundo. ¿Qué tiene que ver la guillotina con el inicio de su negocio? ¿Cuál fue la evolución hasta convertirse en un museo? Qué técnicas de marketing utilizó o cómo fue la relación con sus socios serán algunas de las cosas que veremos.

Madame Tussaud en cera. ¿Autorretrato?

Bio

Hablemos un poco de la persona antes de que se convirtiera en la señora que da nombre a los museos de cera. Anna Maria Grosholtz, que así es como se llamaba Madame Tussaud, nació en 1761 en la ciudad francesa de Estrasburgo en el seno de una familia de verdugos, que no tendría importancia más allá de que ella estuvo a punto de morir guillotinada durante la Revolución Francesa. Con solo 6 años, se trasladó con su madre a Berna, en Suiza, ya que tras la muerte de su padre, su madre iba a entrar a trabajar de ama de llaves en la casa de un médico anatomista llamado Phillippe Curtius. Ya de muy pequeña, Tussaud se empezó a interesar por los modelados de cera que hacía el doctor de las diferentes partes del cuerpo. 

Las figuras de Curtius eran tan realistas que empezó a organizar exposiciones en París, adonde le acompañaron Madame Tussaud y su madre, generando gran expectación entre el público. Poco después, Marie Tussaud empezaría a hacer sus propias estatuas de cera, con tanto éxito que se convirtió en profesora de la hermana del rey Luis XVI.

Pero llegó la Revolución Francesa, que es cuando Marie Tussaud estuvo a punto de morir guillotinada por su estrecha relación con la corte. Pero se salvó. No queda muy claro si intercedió su mentor Curtius. Otra de las opciones que se barajan es que la perdonaran, pues dado su talento con la cera, no habría mejor artista para hacer las máscaras mortuorias de las personalidades que desfilaban por la guillotina.

Tussaud creando una máscara mortuoria de una cabeza guillotinada.

Un año después de esta experiencia, en 1795, se casó con un señor que se llamaba François Tussaud, del que adoptaría su apellido. 7 años después se traslada a Londres y a pesar de seguir casados no le vuelve a ver. A Londres se traslada porque recibe una invitación de Phil Philidor, un mago que practicaba espectáculos de fantasmagoría, que son sombras proyectadas, y quería incluir las estatuas de cera de Madame Tussaud en su espectáculo. Tengamos en cuenta que no es una época en la que Tussaud subiera sus diseños a Instagram y Phillidor le escribiera por LinkedIn con una propuesta de negocio. Sino que era todo más pre-redes sociales y que su fama traspasaba fronteras.

Este primer emprendimiento de Tussaud no termina bien, por desavenencias con Philidor respecto a los ingresos que le correspondía a cada parte de la joint venture. Seguidamente, Madame Tussaud comienza una serie de viajes por las islas británicas con una exposición itinerante de figuras de cera. Y así transcurren los siguientes 35 años, en los que Madame Tussaud a base de prueba y error, va perfeccionando el embudo de ventas de sus exposiciones con algunas técnicas de marketing. Destacar que en uno de esos viajes a Irlanda, el barco naufraga y pierde todo su stock de figuras. Del mercado asegurador de principios del siglo XIX igual podemos hablar otro día.

En 1835, regresa a Londres junto con sus hijos, que también participaban de la empresa familiar, ya que hacían las labores de carpintería en las exposiciones, y empieza a gestarse la idea de abrir un museo de cera en el que aplicar todo lo aprendido en las exposiciones itinerantes desde aquella primera en la que cobrara seis peniques por entrada.

¿Qué aprendemos de Madame Tussaud?

1. Una idea solo es una idea, hay que convertirla en negocio. La habilidad de Madame Tussaud para el modelado de cera podía haberse quedado en un pasatiempo excéntrico o en un trabajo forzado y muy desagradable como el de modelar cabezas de fallecidos. También es verdad que dada su fama y la atención que generaban, en las estatuas de cera había un negocio por descubrir y quién mejor para ejecutarlo que la persona más talentosa con dicho producto.  Tampoco fue la primera en montar exposiciones de figuras de cera, pues ya lo había hecho su mentor. Cuando abres un mercado, que otro pegue primero no tiene porque ser negativo, pues existe la oportunidad de aprender y perfeccionar el modelo. Que se lo digan a MySpace y Facebook, por poner un ejemplo.

2. Las estatuas de cera fue uno de los primeros negocios de la atención. Hoy en día tenemos una variedad de medios que compiten por captar nuestra atención: prensa, televisión con programación horizontal, cine, literatura, Twitch, video bajo demanda… En la época de las guerras napoleónicas, a principios del XIX existían los periódicos, pero sin imágenes, pues la fotografía surge en 1826 y se tardaba 8 horas en sacar una foto.

El caso es que la gente leía en los periódicos sobre las batallas y se las tenía que imaginar en su cabeza, hasta que Madame Tussaud empezó a modelar las figuras de Napoleón y compañía recreando escenas de la guerra y las eshibía en su exposición, creando una experiencia inmersiva en el público, que podía pasearse y tocar a esas personas de las que sabía por el periódico. Imagina a Marie Tussaud con unas Oculus Rift en la mano…

Uno de los catálogos del museo, patrocinado por la familia real inglesa.

3. Madame Tussaud tiró de marketing antes de que se llamara así. Las    exposiciones itinerantes, por su propia naturaleza, ya implican un tiempo limitado pero ella jugaba con la fecha, pues nunca decía cuando era el último día, así que cuando la afluencia de público bajaba a mínimos, ese era el momento en el que esa ciudad ya estaba quemada para su producto, así que recogía los bártulos y a la siguiente ciudad.

4. Los pactos de socios son un buen mal necesario. Madame Tussaud no firmó ningún acuerdo con Phil Philidor, el mago fantasmagórico. Así que cuando chocaron por el reparto de ingresos del espectáculo, Marie Tussaud no tuvo más remedio que romper la sociedad a costa de no perder más dinero, ya que sin ningún tipo de acuerdo firmado poco se puede reclamar y ya no digamos si eres Madame Tussaud hace 200 años.

5. Cultivar la marca personal. Marie Tussaud escribió sus memorias como colofón a esa marca personal que había estado trabajando durante toda su carrera. Es por eso, que no sabemos si aquello de librarse de la guillotina para hacer máscaras mortuorias resultó ser realmente así o sirvió para alimentar esa imagen de persona misteriosa capaz de diseñar la famosa cámara de los horrores. Y su marca comenzaba en su propio nombre, ¿quién era esa señora venida de Francia que se hacía llamar Tussaud?

Resumiendo

La carrera de Madame Tussaud culminó con la apertura del museo, vendiendo una imagen de exclusividad y glamour a aquel que lo visitaba. A pesar de venderlo así, hoy en día el modelo puede considerarse una franquicia, ya que hay 23 museos de cera en el mundo bajo su marca. Y aunque no haya cambiado mucho desde aquel lejano 1835, lo cual da una idea de lo largo puede ser el ciclo de madurez de una línea de negocio, incorpora algunos de los fundamentos del negocio de la atención en un momento en el que ese mercado estaba naciendo.

Esta es una cuestión que suele ser clave en el análisis de competencia directa e indirecta y explica que, por ejemplo, dos socios como Google y el navegador Firefox sean socios porque Google pague a Firefox para que sea su buscador por defecto, pero a la vez tenga que competir con otro navegador como es Google Chrome.

Lo que sí que parece claro es que ninguna idea, por muy peregrina que suene, puede ser descartada antes de realizar un mínimo proceso de validación, pues quién sabe si hoy estaríamos hablando del museo de Madame Tussaud. 


Gracias por leer (o escuchar) estos apuntes. Espero que te hayan servido para preparar tu examen. Si te suscribes, la próxima vez no tendrás que pedirlos prestados. Además, te ahorras el precio de las fotocopias 😉

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